El Sevilla FC ya trabaja de cara a la nueva temporada, que dará su pistoletazo de salida el próximo 4 de julio con los primeros reconocimientos médicos. Una de las caras nuevas en la pretemporada será la de Matías Almeyda, que llegará la próxima semana a Sevilla para ponerse al mando del cuadro hispalense. Aún desde la distancia, Matías Almeyda ha concedido a los medios oficiales del Sevilla FC su primera entrevista como entrenador nervionense, donde ha hablado de su vuelta a Nervión -ya estuvo como jugador en la 96/97- y de su intención con este nuevo proyecto. El técnico argentino llega al club para encabezar la reconstrucción del club, con el que firmó hasta junio de 2028.
En sus primeras declaraciones como sevillista ha mostrado sus ganas de empezar a trabajar en el club: «Con ganas de poder estar en la ciudad y conocer a los jugadores. Quiero estar en contacto con todos, pero lo principal es el vínculo con unos jugadores quienes nos permitan tener una temporada buena». Además, el técnico quiere revertir el recuerdo de los aficionados nervionenses sobre su figura: «Soy entrenador hace 14 años y el único club que entrené donde había jugado es River. Tenía ganas de repetirlo y hacía tiempo que estaba esperando esta oportunidad. Es un hermoso desafío para mi carrera y lo tomo con alegría porque lo hago con mucho amor y porque jugué en el Sevilla, donde mi paso no fue un gran éxito. El Sevilla me abrió las puertas de Europa como jugador y ahora me abre las puertas a España como entrenador«.
El técnico argentino también ha querido mencionar el enorme cambio que ha sufrido el club en estos 29 años: «El Sevilla que yo conocí no estaba pasando un buen momento, pero en los últimos años se ha convertido en uno de los grandes por lo que ha hecho, por las finales y los títulos internacionales. Este Sevilla ha sido un club exitoso e intentaremos llevarlo a que vuelva a mostrar lo que ya ha hecho en este siglo». Sobre las dudas en su figura, por su corta experiencia en el fútbol europeo, Matías Almeyda lo tiene claro: «Soy una persona que respeta las opiniones y me adapto a las críticas. Yo amo mi trabajo, le dedico mucho tiempo y me gusta ganar. Ni voy a vender nada ni tampoco voy a inventar nada raro. Así soy y así seré hasta el último día, porque el fútbol lo vivo de forma especial. No voy a convencer a nadie hablando, prefiero hacerlo con hechos. Soy un entrenador que busca la unión y la pasión, que seamos solo uno. Mi fuego va por dentro, no de la boca hacia fuera».
Almeyda quiso quitar hierro a la mala situación que atraviesa el club: «Viendo las cosas que están pasando en el mundo, hablar de presión por algo futbolístico me parece fuerte. El día que me tome el fútbol como una presión, no podré estar. Si llega un entrenador es porque algo no va bien, pero intentaremos adaptarnos rápido, que los jugadores pillen la idea y empecemos a construir juntos. Esto lo cambiamos todo y lo principal es creer en un camino y encontrarlo rápido». Su principal misión no es otra que ir de la mano de la plantilla: «Tengo que convencer a los jugadores y, por medio del juego y del trabajo diario, que puedan enamorar a los hinchas por la pasión, la garra, la entrega y la historia del club«.

Matías Almeyda también quiso poner en valor a la afición, a la que conoce de su etapa como futbolista: «Tenemos una de las mejores aficiones y lo digo porque lo viví. Intentaremos que se sienta identificada con nuestro juego, nuestra pasión, nuestra entrega y nuestra identidad«. Cuestionado sobre cómo le gustaría que sea su equipo, lo tiene claro: «No va a ser el Sevilla de Matías Almeyda. Será el Sevilla y Almeyda, junto a su staff, trabajará para él. He estudiado a los jugadores y dialogo a diario con el presidente y el director deportivo, he estudiado todo el torneo pasado y de ahí empezaremos a construir. Ya conozco la parte futbolística, pero ahora toca conocer la parte humana».
Sobre los problemas económicos y su opinión, Almeyda se mostró seguro: «La parte económica claro que la conozco y no me mueve eso. Nací pobre y no soy tonto, desde ese lugar no voy detrás de la moneda. Mi experiencia como jugador en el club no fue buena, pero aquello me abrió la posibilidad de desarrollar mi carrera en Italia. Me muevo por amor, por proyecto, por la gente…y desde el primer momento presidente y director deportivo me hablaron claro. No llevo una varita mágica ni creo en ellas. Creo en el trabajo y cuando se trabaja con tiempo, pasión y honestidad, a la larga eso triunfa»
Matías Almeyda también comentó que gran parte de lo que es actualmente tiene que ver con lo vivido como jugador: «Uno aprende de sus errores, de sus entrenadores y de sus compañeros. Las cosas buenas las grabé y las malas no, pero ser entrenador es como ser padre. Cuando mi padre vivía le veía cosas buenas y otras que no quería repetir. Mis hijas, igual. Ser entrenador es lo mismo. Me gusta respetar al rival y el mayor respeto es dar todo para liquidarlo. Lo bueno que hagas en el entrenamiento se llevará al partido. Lo malo igual. Eso es trabajo, repeticiones, diálogo y que los jugadores se sientan libres y confiados para entregarlo todo«.
Por último, Almeyda definió las metas que tiene en su nueva andadura: «El objetivo es siempre ganar, ganar hasta donde se pueda. Quiero un equipo en el que todos corran y todos jueguen. Cuando ese mensaje llegue dentro, conformaremos un equipo. Hay que lograr la competencia interna con unión. Aquel que está fuera va a apoyar y el que juega diez minutos lo da todo porque puede determinar un partido. Conformar un equipo para que todos se sientan identificados y valorados, desde el cocinero, los utilleros, los directivos…Lo importante es que hay muchas ganas, energía positiva. No soy de consumir redes sociales, trato de hablar lo menos posible y amo el fútbol y el respeto. A base de respeto se construyen grandes cosas«, concluyó el técnico argentino.