- La afición sevillista dio un paso adelante y fue clave en el triunfo nervionense.
- Los hispalenses cortaron la mala racha gracias al gol de Vargas.
20 años se cumplen en este 2025 del himno del centenario del Sevilla FC. Fue un 1 de julio cuando Javier Labandón ‘El Arrebato’ lo presentó en sociedad en la gala del Centenario que tuvo lugar en el Ramón Sánchez-Pizjuán y, desde entonces, no ha parado de sonar ni un solo partido en su casa. El Sevilla recibía el pasado sábado a Osasuna con la intención de espantar los fantasma tras tres derrotas consecutivas y justo antes del último parón internacional del año.
Los pupilos de Matías Almeyda llegaban al límite, sumidos en un mar de dudas y con las bajas de futbolistas capitales como Alexis Sánchez, Lucien Agoumé o César Azpilicueta, que pese a apurar hasta el último momento volvió a caer lesionado y estará varias semanas lejos del terreno de juego. Quien mejor entendió lo que necesitaba su equipo, como casi siempre, fue su gente. Desde varios minutos antes de empezar el choque, con un espectacular tifo, hasta que el árbitro pitó el final, tras un descuento que por momento parecía interminable.
El sevillismo ha entendido mejor que nadie la nueva realidad de su equipo, un equipo que está lejos de volver a pelear por títulos y que para sumar de tres necesita sangre, sudor y lágrimas. Y es que poco o nada queda de aquel equipo que sobre todo en su feudo arrasaba con el que pasaba. En 2025 las victorias en casa se pueden contar con los dedos de una mano… y sobran dedos. Las Palmas, FC Barcelona y Osasuna. Tres. Tres alegrías como local en un año donde la arena ha estado más presente que la cal.
Almeyda, el sentimiento de pertenencia y la lógica
Matías Almeyda tiró de sentimiento de pertenencia en la rueda de prensa al choque. El técnico argentino reconoció que estaba en el Sevilla por una deuda con su pasado y que a él no le ligaba un contrato, sino un sentimiento. La realidad es que en poco tiempo, Almeyda se ha ganado la confianza de la afición sevillista por muchas cosas, no solo por la palabrería. Con él el Sevilla FC ha vuelto a recuperar una identidad y, más allá del nivel de una plantilla que hace aguas en varias posiciones, los números le respaldan.
Almeyda volvió a la defensa de cinco que tan buen rendimiento le había dado antes del último parón -a excepción del choque ante el Barcelona- y el equipo lo notó. La defensa, con Carmona acompañando a Nianzou y Marcao, estuvo muy aseada y cuando los jugadores de Osasuna encontraron algún hueco, allá que apareció Odysseas Vlachodimos. El meta griego volvió a ser determinante y de no ser por sus paradas los sevillistas no hubiesen encontrado el camino del triunfo.
Odysseas no fue el único que dio un paso adelante el pasado sábado. Peque, que vivió su cuarta titularidad de manera consecutiva, salió ovacionado por un público que se rindió a su entrega un día más. Y es que pese a que la imagen del jugador catalán es la de ‘jugón’ endeble, sus últimas actuaciones han dejado ver a un jugador que briega y deja hasta la última gota de sudor. Vargas, que volvió a resultar determinante anotando la pena máxima que selló el triunfo, también recibió el aplauso de un estadio que reconoció el esfuerzo de un equipo que por intentarlo no va a ser. Los sevillistas, con un Ramón Sánchez-Pizjuán de diez, se marchan al parón en novena posición -a solo dos de la sexta plaza- y con una victoria que corta la mala racha. Tres puntos y una bombona de oxígeno con un público que, como reza el himno, llevó en volandas a su equipo.
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