- El mediocentro y el extremo marroquí son ya piezas fundamentales en el once verdiblanco, pero su ausencia en el mes de enero podría dejar un vacío difícil de llenar
Ez Abde y Sofyan Amrabat se han convertido en dos piezas imprescindibles para el Real Betis Balompié. De hecho, los dos no solo son fundamentales en el equipo de Manuel Pellegrini, sino que también lo son en la selección marroquí. Esta situación ha provocado que el excelente nivel de ambos futbolistas empiece a generar cierta preocupación en la entidad verdiblanca. Una sensación que viene generada por la llegada de la Copa África, competición que empieza en el mes de enero y, que además, podría dejar en «fuera de juego» al atacante y al centrocampista durante varias semanas.
El calendario no da tregua y, en esas fechas, el cuadro heliopolitano afrontará duelos importantes en Liga y, si todo va bien, también tendrá que hacerlo en la Copa del Rey. Dos competiciones en las que el Real Betis necesitará el mayor fondo de armario posible, además de solidez en los duelos. Factor que precisamente ha ganado gracias al rendimiento que ha mostrado Amrabat en los últimos encuentros.
Amrabat, un pulpo sobre el césped
El mediocentro ha tardado muy poco en erigirse como el músculo del conjunto de Heliópolis. Su capacidad para jugar rápido, uno o dos toques , su inteligencia táctica y su despliegue físico, lo han convertido en una pieza esencial en el equilibrio del equipo bético y por si fuese poco, su presencia garantiza orden y cobertura en casi todas las zonas del campo.
Abde, la finta y el sprint 2.0
Por su parte, Ez Abde continúa creciendo a pasos agigantados, ya que el extremo marroquí no solo aporta desborde y verticalidad, sino que cada vez se está mostrando más contundente en la definición de las jugadas. Tal acierto se pudo ver reflejado en el tercer tanto que anotó él mismo ante el Mallorca y, lo cierto es que, en un Betis que aún busca un referente en la parte de arriba, su capacidad para llegar desde segunda línea y aparecer en el golpeo se está volviendo una faceta muy destacada.
Ambos han elevado el nivel competitivo de los 13 las barras, pero su futura marcha por compromisos internacionales dejará un hueco que el cuerpo técnico deberá saber gestionar. En enero, los de La Palmera no solo perderán a dos futbolistas, perderán a dos pilares, pero sus huecos podrán ser aprovechados por compañeros que deben dar un paso al frente.
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