- Un grupo de seguidores del Betis, incluidos estudiantes Erasmus, denunció que se les negó la entrada al estadio «por ser españoles»
La visita del Real Betis Balompié a Razgrad dejó una imagen muy poco habitual, ya que fue un partido europeo sin el calor de los numerosos aficionados verdiblancos que suelen acompañar al equipo en cada desplazamiento. La razón se encuentra en la sanción impuesta por la UEFA tras los incidentes ocurridos en la semifinal de la pasada Conference League en Florencia, donde ultras de la Fiorentina provocaron una batalla campal que terminó con castigo para los heliopolitanos.
A pesar de ello, un reducido grupo de seguidores decidió organizar el viaje a Bulgaria para animar a los suyos de manera tranquila y pacífica. Sin embargo, al llegar al estadio se encontraron con el inesperado obstáculo de que la policía local les prohibió el acceso. Bajo una intensa lluvia y con apenas cinco grados de temperatura, más de veinte aficionados (entre ellos varios estudiantes Erasmus) quedaron retenidos a las puertas del Huvepharma Arena.
La mayoría habían viajado desde Italia, procedentes de ciudades como Nápoles o Salerno, tras un largo recorrido en avión hasta Bucarest y tres horas más por carretera. Como han explicado los compañeros de Al Final de la Palmera, su único propósito era disfrutar de la experiencia sin causar problemas, hasta el punto de que decidieron no llevar ropa que los idefintiface como hinchas del Real Betis, pero nada más llegar, fueron apartados y se les negó la entrada por el hecho de ser españoles.
El Real Betis intentó ayudar
Alguna de las personas que vivieron estos hechos han relatado en ElDesmarque, que no sabían el motivo de la prohibición, que simplemente les habían echado por ser españoles y según han contado, la entidad verdiblanca intento ayudarles facilitandolos entradas, junto a un listado de acceso, pero la policía búlgara no cedió.
Los seguidores béticos, que acudieron con la única intención de vivir el partido desde la grada, terminaron siendo tratados con hostilidad y burlas por parte de los agentes, pero al menos, el triunfo de los de las 13 barras sobre el Ludogorets sirvió como pequeño consuelo a una noche amarga por no haber podido disfrutar de su equipo.