Octubre en Sevilla. Por fin llegó la lluvia a la capital andaluza. Aunque la que le cayó al Betis fue una tormenta que ni en los sueños del mismísimo Diego Pablo Simeone habría sido tan redonda a favor de su Atlético. Se fue el sol, aunque la última llama de cariño y calor en La Cartuja fue para recordar a Sandra Peña. Sirvan estas líneas para resaltar lo más importante en un día de fútbol de élite.
Jugar contra el Atlético es…
Si Diego Pablo Simeone soñase una primera mitad, sería la de La Cartuja esta noche. El Atlético de Madrid salió más enchufado. Más intenso. Más metido en un partido de ÉLITE. Con mayúsculas. Y uno de los hombres llamados a ser claves en el duelo cumplió a los tres minutos: Giuliano. El que mejor ejemplifica el fútbol de su padre en el césped.
Tras una segunda jugada en el área del Betis, Giuliano empalmó un balón suelto en la frontal y la mandó al fondo de la red. Imparable para Pau López. Aunque parable para un Jan Oblak que minutos después ejecutó un verdadero paradón. Sacó un complicadísimo disparo de Ez Abde ajustadísimo al palo. Pero el 0-1 siguió mandando.
De hecho, lo hizo hasta la, prácticamente, última jugada de la primera mitad. Porque si fuese una obra de teatro, el planteamiento y el desenlace -gol de Álex Baena tras una contra de muchísimos quilates- tuvieron un claro color: el rojiblanco. Mientras que el nudo fue del Betis. Los verdiblancos ‘sometieron’ a los colchoneros. Y entre comillas porque precisamente es esa la soñada primera mitad del Cholo: marcar, defender y rematar. 0-2. Con un gran Amrabat y un Cucho llameante en un ataque donde Antony fue de más a menos. A vestuarios.
De más a menos
Manuel Pellegrini se empeñó en arruinarle el sueño a Simeone. Lo quiso hacer con cambios rápidos, como no acostumbra el chileno, en el descanso. Lo Celso al campo. El argentino era el llamado a buscarle las grietas al muro colchonero. Pero le duró poco. Entró bien en el partido. Haciendo que los suyos amenazasen la coral defensa de un Atlético al más estilo Dani Martín: apoltronado.
Los minutos, sin embargo, jugaron en su contra. El Betis, al son de su ’20’, se fue amenizando. La tormenta -metafórica, pues el tiempo acabó respetando- jugó en contra de los de Pellegrini. Tocó todas las teclas posibles Pellegrini, pero hoy el piano le pertenecía al Cholo. Le salió todo en su partido soñado. Hasta el larguero se puso de su lado, evitando un golazo de Ez Abde a balón parado.
Griezmann se vistió de viejo rockero y sirvió para darle el aliento necesario al Atlético de Madrid. Un constante salvavidas para sus compañeros. Y, ante eso, el Betis se fue diluyendo. Dando tímidos amagos de control que en el fondo sólo respondían a la comodidad de un equipo que vive cómodo defendiendo. «El balón para ellos, para nosotros los puntos», pensó el Cholo.
Y así fue como los tres pitidos del colegiado marcaron el final del sueño para un Simeone que se marcha despierto en LaLiga de Sevilla. Y, también, para un Betis que no encontró la comodidad que buscaba jamás. 0-2. Final.
Real Betis
Sevilla FC





















