El guardameta chileno dice adiós a la que ha sido su casa tras cuatro temporadas defendiendo la elástica de las trece barras.
Hablar de Claudio Bravo es hablar de historia reciente del Real Betis Balompié. El cancerbero aterrizó en la capital hispalense en el verano de 2020 para formar parte de un ambicioso proyecto que, de momento, ha servido para que los verdiblancos hayan conseguido levantar una Copa del Rey y, por primera vez en su historia, tres clasificaciones consecutivas para Europa.
Sin embargo, todo tiene un final, y los caminos de Bravo y el Real Betis se han separado cuatro años después de su llegada. El chileno ha sido el favorito de Manuel Pellegrini para competición regular, llegando a disputar un total de 56 encuentros en LaLiga durante su periplo en Heliópolis. Si a estos les sumamos los choques de Copa del Rey, UEFA Europa League y Supercopa de España; Bravo suma la nada desdeñable cifra de 74 partidos como futbolista del Real Betis.
En un conmovedor vídeo que el conjunto verdiblanco ha compartido en sus redes sociales, Claudio Bravo se ha despedido de la afición bética queriendo «agradecerles todo el cariño, todo el respeto que siempre me han brindado dentro y fuera del campo. Eso para mí es oro puro. Siempre he intentado hacer las cosas de la mejor manera posible» y asegurando que «siempre he tratado de esforzarme hasta el último día de mi estadía en el club».
Dicen que el Real Betis es mucho más que un sentimiento, y el guardameta, cuyo futuro aún es incierto, lo ha dejado patente en su despedida como jugador verdibanco: «Muchísimas gracias por todo. Acá se llevan u bético más de corazón a Chile o aquí en Sevilla, donde estaré viviendo porque estamos encantados con esta ciudad que nos ha brindado tantas alegrías. Sobre todo, encantado con el club porque me infla el corazón hablar del Betis».
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