- El director deportivo dejará el club tras dos años en el cargo, marcados por sus errores en el banquillo y en la delantera
Las horas de Víctor Orta en el Sevilla FC están contadas. El director deportivo sevillista, que aterrizó en el club hace dos años para sustituir a Ramón Rodríguez Verdejo «Monchi», abandonará el club tras las presiones de los principales accionistas, quienes han empujado a José María del Nido Carrasco a tomar la decisión. Una decisión de la que el protagonista no se enteró por el club, puesto que fue tras las llamadas de varios periodistas para interesarse por su futuro cuando Víctor Orta detectó que las cosas no iban en la línea correcta.
El periplo de Orta en el conjunto nervionense, en su segunda etapa como trabajador del club, ha sido un camino espinoso. Tras la abrupta salida de su predecesor, Monchi, y los intentos fallidos de contratar a Braulio y Cobeño, la directiva del club nervionense confió en Víctor Orta para hacerse cargo de la parcela deportiva justo después de levantar la séptima Europa League en Budapest y con un proyecto Champions por delante. El director deportivo madrileño llegó con un Mendilibar renovado y con hasta tres refuerzos cerrados con anterioridad (Badé, Pedrosa y Gattoni). El amplio número de fichas y la necesidad de hacer hueco fueron los dos primeros problemas que se encontró Víctor Orta.
Tras un mercado muy movido, con hasta cinco refuerzos, el primer terremoto para el directivo nervionense llegó el 2 de septiembre. Con el mercado ya cerrado y pese a confirmar una y otra vez que Sergio Ramos no contaba en sus planes de rejuvenecimiento de plantilla, el presidente decidió cerrar la llegada del central camero, que volvía al club 19 años después, pese a las dudas de Orta. El directivo, sin embargo, corrió un tupido velo e incluso bromeó en la rueda de prensa de presentación, pero la herida ya estaba abierta.

Víctor Orta, que ha acumulado muchos más errores que aciertos, vivió su primer momento clave en octubre. Tras un mal arranque en Liga y Champions League, la dirección deportiva tomó la decisión de destituir a Mendilibar pocos meses después de levantar la Europa League y de contratar a Diego Alonso, apuesta personal del director deportivo. La anécdota del famoso asado pasó factura y el técnico uruguayo no duró ni dos meses en el banquillo, sin ganar a ningún equipo profesional en los 12 partidos que disputó entre Liga y Champions -ganó únicamente los dos partidos en Copa del Rey-.
Tras la decisión errónea en la elección del entrenador, fue el presidente quien movió ficha en diciembre, con el equipo muy cerca de los puestos de descenso y eliminado de competición europea. Quique Sánchez Flores llegó y cumplió, salvando al Sevilla FC de un descenso que parecía cantado. Los fichajes invernales, eso sí, tampoco aportaron mucho y solo Agoumé -por quien a la postre pagaría 4M€ por el 50% de sus derechos- dio un rendimiento óptimo. Ni Alejo Véliz ni Hannibal Mejbri fueron importantes para el técnico madrileño, que en más de una ocasión dejó caer en rueda de prensa su descontento.
Quique Sánchez Flores rechazó continuar en el club y Víctor Orta, nuevamente con una apuesta arriesgada, optó por Xavi García Pimienta para dirigir el barco nervionense. Sin Europa y con serios problemas económicos, el director deportivo tuvo que lanzarse al mercado de agentes libres y tan solo pudo gastar 8 millones en el mercado. Peque, que llegaba tras brillar en Segunda con el Racing, y Agoumé fueron las inversiones, mientras que Álvaro Fernández, Ejuke o Iheanacho llegaron libres. Además, Víctor Orta consiguió la cesión de Sambi Lokonga, Saúl Ñíguez y Valentín Barco.
Nueva temporada, muchas caras nuevas y pese a estar muchos meses alejados de la quema, nuevos problemas. Una mala racha de resultados en marzo, unido a un mercado invernal donde las principales carencias de la plantilla no se corrigieron, acabó con la figura de García Pimienta, la gran apuesta de Víctor Orta para el banquillo. Nuevamente, como ya pasase en la anterior campaña, fue el presidente, empujado por los grandes accionistas, quien decidió su sustituto. Joaquín Caparrós, un hombre de consenso, tomaba las riendas de un barco que estuvo muy cerca de hundirse. Un solo punto separó a los nervionenses del descenso, que estuvo más cerca que nunca en un final de curso pésimo.

Cuatro delanteros, cero goles en Liga
Además de los entrenadores, el principal problema de Víctor Orta en el Sevilla FC han sido los delanteros. A su llegada al club, En-Nesyri y Rafa Mir eran los encargados del gol para el conjunto nervionense. Tras la petición de Mendilibar de contar con un tercer delantero, sumadas a las dudas que dejaba Isaac Romero, fue Mariano Díaz quien recaló en el club en el último momento. Un ansiado anhelo de Monchi que llegaba en un momento pésimo. Sus números dieron la razón al Real Madrid: 13 partidos, 319 minutos y ningún gol.
En el mercado invernal, además de la promoción al primer equipo de Isaac Romero tras destacar con el filial, Víctor Orta apostó por la cesión de Alejo Véliz, procedente del Tottenham. El delantero argentino apenas contó para Quique Sánchez Flores, con unos números muy discretos: 6 partidos, 31 minutos y ni un solo gol.
En esta temporada, tras la obligada salida de En-Nesyri al Fenerbahçe, Víctor Orta apostó por un futbolista de renombre venido a menos. Iheanacho, quien en su momento llegó al City por más de 30M€, recalaba en el club nervionense tras salir del Leicester. Sus números, eso sí, volvieron a dejar muy tocado al director deportivo: 11 partidos, 581′ y cero goles en Liga, aunque el delantero nigeriano anotó tres tantos en Copa ante rivales no profesionales. Tras su mal rendimiento, Iheanacho salió cedido a la segunda inglesa -donde solo anotó un tanto- y llegó otro nigeriano, Akor Adams. Pese a desembolsar más de 5 millones por sus servicios, su periplo, por el momento, ha sido infructuoso. El espigado ariete nervionense tan solo ha disputado 131′ en 4 partidos, sin anotar ningún tanto. Además, en apenas cinco meses, ha acumulado dos lesiones de gravedad que le han impedido tener minutos en un momento de extrema gravedad deportiva.

Un final inesperado y con enfado incluido
En la última comparecencia pública del presidente del Sevilla FC, José María del Nido Carrasco, alabó abiertamente la labor del director deportivo, recalcando que con pocos recursos había conseguido rejuvenecer la plantilla. Sin embargo, el final ha sido del todo inesperado. El presidente, aconsejado por el resto de grandes accionistas, cambió de opinión y tras la reunión del pasado viernes con Antonio Cordón todo cambió.
Víctor Orta, que estaba llevando las negociaciones con Imanol Alguacil, favorito para el banquillo, se enteró por la prensa de todo y su enfado aún está vivo. Ahora, el Sevilla FC negocia con Víctor Orta su salida, con su último año de contrato aún en el aire. Víctor Orta tiene las horas contadas en el Sevilla FC mientras que Cordón espera.
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