Tarde-noche cerrada en Bialystok. De mucha más tensión que fútbol. Y normal, es lo que pasa cuando estás cerca de hacer historia. Porque con ese, también, poso de equipo favorito se presentó el Betis de Manuel Pellegrini en Polonia, quien se consolidó como el mejor entrenador en la historia de la entidad.
Todo comenzó con control bético. Sin oportunidades ni llegadas importantes durante el primer tiempo, pero con un manejo del partido importante. Tan sólo tenía que defender el resultado de la ida (2-0), tan ventajoso como engañoso. La ironía del fútbol. Aunque el Jagiellonia fue de menos a más. Con el empuje de su gente, los polacos tuvieron la más clara del encuentro en las botas de Hansen, pero un bote por el mal estado del césped arruinó el primero de los locales.
Ya al filo del descanso, el propio Hansen se remendó de su error rematando un buen centro de Moutinho y mandando el balón al fondo de la red. Desató la locura en Bialystok, la incertidumbre en el Betis… y la llamada del VAR: anulado por fuera de juego. Respiró el banquillo de Pellegrini. Y también la capital andaluza, volcada en las calles con su Jueves Santo… y con el partido en el auricular.
El fin de la primera mitad llegó y en la segunda todo cambió. La imagen de un Betis que terminó demasiado confiado dejó paso a un equipo sólido con la decisión unánime de que no se le fuera el partido de las manos. Y mucho menos la eliminatoria. Pellegrini utilizó ese gol anulado para mandar un mensaje a los suyos: había que anestesiar el encuentro. Y así fue.
Ante un Jagiellonia muy inferior, el Betis impuso su calidad para que no pasara nada. Jesús tuvo una ocasión en sus botas y el Jagiellonia firmó una finalización de jugada de ataque tan poderosa en intención como pobre en talento. La diferencia entre ambos era palpable. Y así se fue apagando el partido… y encendiendo la historia de un Betis que quiere la Conference, que remató el encuentro con un buen gol de Bakambu, el verdiblanco más determinante en el viejo continente. En cada eliminatoria ha ido un paso más. En Portugal dio un golpe sobre la mesa, en Polonia ha demostrado madurez… y en Italia, ante la Fiorentina, deberá ganar grandeza europea.
Eliminatoria ganada. Partido (papeleta) de vuelta solucionada, pese al gol de Churlinov que igualó el marcador y el penalti que el VAR anuló sobre Ruibal. Betis en semifinales. Pellegrini en la historia. Todo en orden en un Jueves Santo imborrable para los verdiblancos.