- Los de Matías Almeyda se llevaron los tres puntos y confirman su buena racha fuera de casa: dos victorias y una derrota con buen sabor de boca. Alexis Sánchez y Rubén Vargas, los goleadores.
No se queden con el titular. Es una exageración de lo que le ocurre al Sevilla de Matías Almeyda en las primeras cuatro jornadas. Pero la comparación con los últimos años es sangrante: el equipo del argentino compite, juega y gana más y mejor que sus predecesores. Porque con el triunfo en Mendizorrotza confirma un seis de nueve puntos como visitante que ‘salva’ los números y lo catapulta a mitad de tabla.
Con Vlachodimos bajo palos como la gran novedad, el Sevilla entró bien a un partido sin demasiada historia en la primera mitad. Dos equipos evitando riesgos y que se merecieron el justo empate al descanso. Pero los nervionenses volvieron a desperdiciar una oportunidad de oro. Se pusieron por delante en el marcador gracias a un auténtico golazo de Rubén Vargas. El suizo cuajó una gran jugada individual y le puso el broche con un zurdazo que no pudo ni oler Antonio Sivera. 0-1. Hasta que Marcao cometió un doble error imperdonable. No supo medir un balón alto y finiquitó el desastre con un penalti clamoroso sobre Carlos Vicente. Llegó tarde y mal. Y desde los once metros no erró el zaragocense. Alfon, lesionado, la otra nota negativa de la primera mitad.
Aunque en la segunda todo cambió. Volvió a verse un Sevilla rocoso. Sólido. Que no brilla, pero que tampoco sufre. Que hace lo justo y necesario para que pasen los minutos sin que, valga la redundancia, no pase nada. Marca de la casa. Denominación de origen ‘Matías Almeyda’. Y, entre todo esa calma, Alexis Sánchez apareció para meter la puntilla. Definición al primer toque, tras una gran jugada de José Ángel Carmona. El chileno demostró ser el mejor de los suyos dentro del área.
Y, a partir de ahí, la nada. Que pase el tiempo. Que corra el crono. Pero que no ruede la bola. Con el Alavés volcado, con más corazón que cabeza, Matías Almeyda logró precisamente lo que hace menos de siete días le faltó a su Sevilla: madurez y tranquilidad. Saber jugar esos minutos finales. Y con los tres pitidos del colegiado se confirmó una victoria que, viendo lo que le viene -Villarreal, Rayo y Barcelona-, se volvió más que trascendental. Se ha ganado el derecho a respirar tranquilo.
Y a poner las primeras bases de la famosa ‘Media Inglesa’. Esta denominaba a aquel método posible para alcanzar una liga: ganarlo todo en casa y puntuar fuera. Era infalible. A esta se quiere agarrar el Sevilla de Matías Almeyda… pero con dos diferencias: su fuerte es ser visitante… y el objetivo es no sufrir. De momento, va por buen camino. De goleada respecto a sus predecesores.
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