- El joven canterano bético apunta al posible once titular en la Copa del Rey mientras repasa su trayectoria con humor y naturalidad
El Real Betis Balompié comienza su aventura mañana, 30 de octubre, en la Copa del Rey y los verdiblancos se enfrentarán al Atlético Palma del Río. Si algo bueno tiene el torneo del KO es que los equipos suelen brindar oportunidades a los jugadores que acumulan menos minutos, también a los más jóvenes y, por eso, Pablo García es uno de los candidatos para tener un hueco en el once de Manuel Pellegrini.
El atacante sevillano, que no fue convocado para el último duelo liguero frente al Atlético de Madrid, podría tener su oportunidad este jueves. Tras firmar ocho goles en los últimos 21 encuentros que ha disputado en las categorías inferiores, toca intentar brillar en una nueva competición y, si el jugador consiguiera hacerlo, se seguiría consolidando como una de las joyas más prometedoras de la entidad verdiblanca.
De hecho, el joven futbolista ha sido protagonista en el podcast ‘El After de Post United’, donde habla con naturalidad sobre sus comienzos y la curiosa división que hay en su familia entre el Real Betis y el Sevilla FC. «Mi madre es del Sevilla y mi padre del Betis. La familia de mi madre es muy sevillista, menos mi abuela, que es del Betis y es la importante», relató entre risas el protagonista. Además, también destaca que sus familiares querían que fichara por el el equipo blanquirrojo, pero al final todos entendieron que el equipo donde jugara él era el que tenía que ganar y aunque sean del eterno rival, todos le apoyan muchísimo.
Durante la charla, Pablo recordó también una divertida anécdota vivida con William Carvalho durante la pretemporada en Austria y confesó que: «Teníamos un partido el último día. Estuve allí casi 10 sin pelarme. Y yo decía ‘madre mía, el primer partido que voy a jugar con el Betis y vaya pintas que llevo’. Pero Willy (William Carvalho) contrató un peluquero y yo le dije que me quería pelar. Llevaba 30 euros en metálico, porque por entonces no tenía tarjeta de crédito ni nada, y creía que me iban a sobrar, incluso, 10 euros o así. Él empezó a decirme que no me preocupase y yo a él diciéndole que lo quería pagar yo lo mía. Menos mal que es un fenómeno y me invitó, porque costaba 50 euros el pelado».
Primer entrenamiento
Más allá de las bromas, el atacante habló con emoción de su primer entrenamiento con el primer equipo, un día que aún guarda en la memoria. «Yo jugaba con el juvenil y entrenaba con el filial. Un día nos llamaron porque hacían falta jugadores para completar la sesión. Ganamos un partidillo 3-2, marqué yo y dos Luiz Henrique. Fue también uno de los primeros entrenamientos de Jesús Rodríguez, que marcó otro gol. Mira hasta dónde ha llegado ahora», señaló el canterano.
Bautismo en la élite
Entre risas, Pablo recordó su “bautismo” en la élite de la mano de Aitor Ruibal, quien le dejó claro desde el primer día la exigencia de competir en el primer equipo: «De lo que sí me acuerdo fue de un patadón que me dio mi compañero Aitor Ruibal, al que desde aquí mando un saludo. Me llevé una patada suya en el entrenamiento que, cuando me la pegó, dije ‘madre mía, yo dejo de jugar al fútbol ya’. La bienvenida fue increíble. Ya había soltado el balón y todo, pero me llegó por detrás… Al final, eso es la elite. Esos duelos y esa intensidad es lo mínimo que me vendría desde ese día hasta ahora».
Con la naturalidad que le caracteriza, Pablo García transmite madurez y ambición a partes iguales. Su buen momento, su olfato goleador y su compromiso lo colocan como uno de los jóvenes más preparados para dar el salto definitivo. Este jueves podría vivir su gran noche con el Betis en la Copa del Rey, competición en la que muchos canteranos comenzaron a escribir su historia.
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