- Nianzou cometió un penalti imperdonable que acabó matando a los nervionenses.
- El Sevilla FC se quedó sin armas y sin plan tras el gol de Julián Álvarez.
- Otro error de Marcao en salida de balón provocó el segundo.
«Experimentar una rutina monótona y repetitiva donde parece que cada día es igual, sin cambios significativos». Así se podría definir la expresión del Día de la Marmota. O, para entenderlo mejor, el Sevilla FC y los errores. Nuevamente le castigaron con dureza -la merecida- en un escenario donde fallar se paga con los puntos.
La calma engañosa
El partido no comenzó mal para un Sevilla FC que quiso imponer su fútbol en el Metropolitano. Pero distintos detalles apuntaban a que para nada iba a ser así. Ni Azpilicueta ni Mendy estaban al 100%. Ninguno de ellos estuvo especialmente fino. El central, con errores en la marca impropios en su fútbol. El centrocampista, rodeado de una solemne -y preocupante- soledad a su alrededor. La realidad de los nervionenses es echar en falta a Lucien Agoumé. Que se entienda como cada uno crea conveniente.
Y todo eso fue lastrando a los de Matías Almeyda con el paso de los minutos. A la par que jugadores como Peque o Vlachodimos -con otra parada valor gol- daban la cara, el Atlético iba avanzando tímidamente. A su ritmo. Con esa cadencia que le crea una falsa esperanza de calma a su rival. La manzana envenenada. Y los de Simeone no se ponen nerviosos.
No se impacientan. Y así acabó la primera parte. Con esa calma engañosa. Esa sensación de que ‘todo iba bien’ cuando las señales apuntaban a todo lo contrario.
La traca final del Sevilla FC
Cambios. Azpilicueta y Mendy, al banquillo. No estaban para mucho trote, cosa que se intuía desde el principio. Primer peligro confirmado. El segundo, sus sustitutos: Nianzou y Gudelj. Esta vez, el segundo no salió en las fotos… pero no importó. Ni hizo falta. El francés se encargó de protagonizar el Día de la Marmota, de encender la traca final del Sevilla FC.
Matías Almeyda lleva una semana lamentándose de los errores propios. Los no forzados. Los que le cuestan puntos. Pero no parece haber calado mucho en un equipo que se autoexige en el fallo. En cometerlo. Tanguy Nianzou entró mal, tarde y con una agresividad desproporcionada en un balón suelto en su área. Suelto. Para nada controlado tenía el cuero Giménez. Ni le dio a la pelota. El VAR lo vio claro -normal-. Pena máxima. Y desde ahí no falló Julián Álvarez. 1-0.
Pero, tranquilos. La pareja Marcao-Nianzou tenía una entrega más. Si el francés ya cumplió con su cuota de errores que cuestan caro -para ser justo con él, la habilidad de este equipo es que el fallo se reparte entre toda la plantilla de forma majestuosa-, el brasileño le echó un pulso. Un pase inadmisible en plena salida de balón, con Suazo de espaldas, le puso en bandeja la recuperación al incombustible Giuliano. ¿Resultado? Gol de Almada. 2-0.
¿Y telonazo? Para nada. Faltaba el gol de Antoine Griezzman para redondear la goleada del Atlético de Madrid a un Sevilla FC que desconectó tras sus fallos. El ‘Día de la Marmota’ vuelve a ser protagonista. Un equipo rendido al error, enganchado al regalo constante. Pinchazo.
Real Betis
Sevilla FC

















